ARTÍCULOS ORIGINALES
Revista de investigación Rodolfo Holzmann, ISSN-e 2955-8824 https://revistas.undar.edu.pe/index.php/rodolfoholzmann/article/view/11
Rodolfo Holzmann
Rodolfo Holzmann
Melvin Taboada Bolarte1
1Una vida al servicio de la música y la cultura
Para quienes tuvimos la suerte de conocer al Maestro Rodolfo Holzmann Zanger y sobre todo, beber de la fuente de sus conocimientos, sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que su partida física de este mundo aquel aciago 24 de abril de 1992 significó una irreparable pérdida para la música, la cultura y consecuentemente la humanidad entera, toda vez que una enorme personalidad como la que él representaba nos dejaba para siempre, y con ello se acababa una vida de nobles ideales y fructífera labor puesta al servicio y búsqueda de una sociedad cada vez mejor.
Sus sabias enseñanzas marcaron inequívocamente cuál era el camino a seguir; si bien la disciplina, exigencia y perfección lo caracterizaban, es justo reconocer que, gracias a estos principios, los que supieron acoger, valorar y poner en práctica estas lecciones de vida hoy cosechan los frutos de la semilla sembrada por este gran maestro.
Es un deber mantener vivo su pensamiento y transmitir a las futuras generaciones la antorcha del conocimiento que él supo legarnos; de allí que a manera de homenaje y gratitud por lo recibido, me permito escribir esta semblanza, tomando como base los datos autobiográficos de su curriculum vitae que dejó perennizados en el folleto “Rodolfo Holzmann en el 80° Aniversario de su Nacimiento”, editado en Lima el año 1990.
Rodolfo Holzmann Zanger nació en Breslau, Alemania, el 27 de noviembre de 1910. Desde los seis años estudió violín con el maestro Siegfrid Rosenthal en su ciudad natal. Paralelamente, con estudios de medicina en la Universidad de Breslau, entre 1928 y 1931, recibió lecciones particulares de teoría musical. En 1931, ingresó al Conservatorio de Música Klindworth-Sharwenka de Berlín, donde estudió composición con Vladimir Vogel, piano con Winfried Wolf y dirección de orquesta con Robert Robitschek. Dejó Alemania en 1933 para participar en la Primera Sesión de Estudios Musicales organizado en Estrasburgo por el maestro Hermann Scherchen, conduciendo, en su debut como director, a la Orquesta Municipal. En 1934 viajó a París, donde tomó lecciones de piano con Emile Baume y de composición para películas con Karol Rathaus. Al mismo tiempo continuó sus estudios de composición con Vladimir Vogel.
En abril de 1934, se trasladó a Florencia para asistir al estreno de su “Suite sobre tres temas” en el 12° Festival de la Sociedad Internacional de Música Contemporánea. En 1935 participó en la Tercera Sesión de Estudios Musicales que el maestro Hermann Scherchen organizó en Bruselas. Durante este curso profundizó su práctica de dirección de orquesta, conduciendo en un concierto de la Orquesta Filarmónica de Bruselas.
Después de una corta estadía en Londres, volvió en 1936 a Bruselas para asistir al estreno de su “Septuor”, bajo la batuta de Hermann Scherchen en el Palacio de Bellas Artes, obra que había obtenido el Premio “Henry-le-Boeuf” concedido por la Sociedad Filarmónica de Bruselas a la mejor composición de música de cámara. A fines del mismo año se dedicó, en Zurich, al estudio del oboe con el profesor Marcel Saillet y fue miembro de la Orquesta del Conservatorio de Música de esa ciudad.
Los estrenos, encargos y premios eran el comienzo de una carrera musical en Europa; sin embargo, como muchos artistas europeos de su generación, debió emigrar a nuestro continente debido a la intolerancia política y a la persecución racial que desató el nazismo en Alemania.
Holzmann llegó a Lima en 1938, contratado por el Supremo Gobierno del Perú como Profesor de Oboe para la entonces Academia Nacional de Música Alcedo (que al año siguiente se convertiría en el Conservatorio Nacional de Música), e hizo su debut como solista de ese instrumento en un recital de la Sociedad Filarmónica. Ese mismo año se fundó la Orquesta Sinfónica Nacional y ocupó en ella una plaza de violinista hasta 1945, fecha en que fue promovido al cargo de Asistente del Director Artístico por el maestro Theo Buchwald.
Desde su llegada al Perú, Holzmann se interesó por estudiar y difundir el acervo musical peruano, de allí que para dotar a la OSN de un repertorio nacional, orquestó un buen número de obras de distintos compositores peruanos, escritas originalmente para piano.
En 1942, publicó el catálogo de las obras del compositor puneño Theodoro Valcárcel. Al año siguiente publicó igualmente los catálogos de las obras de Daniel Alomía Robles, Alfonso de Silva y Vicente Stea.
El 10 de mayo de 1944 fueron estrenados los Cinco Fragmentos Sinfónicos de Dulcinea (obra basada en el Quijote de Cervantes Saavedra) en el Teatro Municipal de Lima por la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo la dirección del maestro Theo Buchwald.
En 1945 fue nombrado Profesor de Composición del Conservatorio Nacional de Música donde retuvo, asimismo, el cargo de Profesor de Oboe y desempeñó el de Jefe de Biblioteca, Discoteca y Archivo, secciones fundadas por él. Por otra parte, fue Secretario de Redacción del Boletín del Conservatorio y responsable de la edición de varias obras de compositores peruanos (Editorial Tritono).
Con motivo del 406° aniversario de la fundación española de la ciudad, el día 15 de agosto de 1946 se llevó a cabo en el Teatro Municipal de Arequipa un Concierto de Gala en cuyo programa se estrenó su Suite Arequipeña dedicada a la ciudad, obra por la cual recibió, de parte del Concejo Provincial, la Medalla de Oro y un pergamino.
El 22 de setiembre de 1948 se efectuó en el Teatro Municipal de Lima, el 18° Concierto Vespertino de la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo su dirección. El programa constó de tres estrenos absolutos: los Cuatro preludios y fugas del clave bien temperado de Johann Sebastian Bach orquestadas por él, su Concertino para dos pianos y orquesta, y su Primera Sinfonía, compuesta en 1946.
Invitado por la Asociación Orquestal de Arequipa, dirigió el 1 de diciembre de 1948, el Concierto de Fin de Año, con la participación, del profesor José Luis García como solista en corno, y la inclusión de obras de los compositores arequipeños Manuel Aguirre y Roberto Carpio.
Su Concierto para la Ciudad Blanca, compuesto para un concurso convocado por la Asociación Orquestal de Arequipa, fue estrenado por la Orquesta Sinfónica Nacional, bajo su dirección, el 10 de agosto de 1949 en el Teatro Municipal de Lima, con Gregorio Caro como solista en el piano, obra que posteriormente fue interpretada por la Orquesta Sinfónica de la Radio Nacional de Viena, Austria, el 15 de mayo de 1967, teniendo como solista al pianista arequipeño Carlos Rivera bajo la dirección del compositor peruano Enrique Pinilla.
Desde 1950 se dedicó a la enseñanza particular, a la composición, la investigación musical y la actividad periodística. En 1957 fue nombrado profesor de Dirección de Orquesta y Coros del Conservatorio Nacional de Música de Lima. El mismo año, su Quinteto Trimódico obtuvo el primer premio en el Concurso 4 de Julio, de música de cámara, convocado por el Instituto Cultural Peruano - Norteamericano de Lima, distinción que le valió una beca para la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos de Norteamérica, en donde, de setiembre de 1957 a junio de 1958 fue catedrático de la Facultad de Bellas Artes, actuando como instructor en el Departamento de Música, dictando cursos sobre música latinoamericana y dirigiendo conciertos con obras propias y de autores latinoamericanos.
Luego de permanecer algunos años en Europa, regresó en 1961 al Perú, dedicándose a la enseñanza musical en la Academia Moderna de Piano de la profesora María Ureta del Solar y a la difusión musical mediante cursillos y conferencias sobre diversos aspectos de la creación musical en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la Universidad Nacional de Ingeniería, el Instituto Cultural Peruano - Norteamericano y otros. En enero de 1964, fue nombrado Secretario General de la entonces Casa de la Cultura del Perú, por acuerdo de la Comisión Nacional de Cultura. El mismo año ocupó la plaza de jefe del Servicio Musicológico de la Escuela Nacional de Música y Danzas Folklóricas donde se dedicó, en colaboración con José María Arguedas, a la investigación de la música tradicional peruana, labor que dio como resultado la publicación de una serie de álbumes con transcripciones musicales como Panorama de la Música Tradicional del Perú, (1966), donde se analizan melodías de las tres regiones naturales. Cabe resaltar que dicha publicación se dio después del libro de los esposos D´Harcourt.
La música de los incas y sus supervivencias (París, 1925), nadie había hecho una recopilación folklórica importante hasta la publicación del libro mencionado de Holzmann. En 1965, su obra Waylía ganó el premio a la mejor composición coral navideña, en el concurso organizado por la Asociación Artística y Cultural Jueves, de Lima. En 1967, su trabajo de investigación etnomusicológica titulado De la trifonía a la heptafonía en la música tradicional peruana fue premiado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que lo publicó en 1968. Ese mismo año, la Universidad le otorgó un premio a la creación musical.
Desde 1968 se dedicó nuevamente a la enseñanza particular en Lima, hasta que en 1973 radicó en Huánuco, donde fue nombrado Asesor de Estudios de la Escuela Regional de Música Daniel Alomía Robles, por Resolución de la Dirección General del Instituto Nacional de Cultura. En 1974, la misma dirección general le encargó, ad honorem, la Dirección del Instituto Nacional de Cultura, de la Filial en Huánuco. Ese mismo año, como un homenaje a nuestra ciudad, compuso su Sinfonía Huánuco, obra que fue estrenada el 15 de agosto de 1975 por la Orquesta Sinfónica Nacional de Lima, dirigida por el maestro Leopoldo La Rosa. De 1975 a 1981 fue director de la Escuela Regional de Música Daniel Alomía Robles de Huánuco, donde desarrolló una fructífera labor a través de la creación de nuevos planes de estudios, del Conjunto Instrumental (hoy constituido como la Orquesta Sinfónica Regional del ISMPDAR), el Convenio con la Universidad Nacional Hermilio Valdizán de Huánuco, cursillos y conferencias y el dictado de las clases de Armonía y Música Tradicional Peruana. En 1980, después de doce años de espera y con los recursos del Instituto Nacional de Cultura, logró la culminación de la construcción del edificio propio de la Escuela situado en el lugar donde nació el autor de El Cóndor Pasa, Daniel Alomía Robles. En 1973, fundó el conjunto coral de cámara Camerata Huánuco, del que fue director hasta 1981.
Durante muchos años presentó en las emisoras de radio en Huánuco, audiciones didácticas de música culta, bajo los títulos de Sala de Conciertos, Tú y la Música, El Mundo Mágico de la Música y Concierto, contribuyendo así a la difusión y conocimiento del arte musical. En junio de 1981, el Concejo Provincial de Huánuco lo contrató como Asesor Cultural y Director del Coro Municipal, conjunto que en 1982 se convirtió en Grupo Coral Huánuco bajo su dirección y como dependencia de la Corporación Departamental de Desarrollo. En dicho año, su Sinfonía del Tercer Mundo obtuvo el Segundo Premio en el Primer Concurso de Obra Sinfónica convocado por el Patronato Popular y Porvenir Pro Música Clásica de Lima, siendo estrenada el 20 agosto de 1982 en el Teatro Municipal de Lima, por la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Carmen Moral. En 1982, su obra Varifórmulas obtuvo el Primer Premio en el Segundo Concurso organizado por el mismo patronato y su estreno absoluto tuvo lugar en el Auditorio del Colegio Santa Úrsula el 28 de agosto de 1983, por la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por Leopoldo La Rosa.
Invitado por la Casa de la Cultura Raúl Otero Reiche, de Santa Cruz de la Sierra, viajó en junio de 1983 a Bolivia para dictar, durante un mes, cursos de capacitación musical para normalistas y de preparación para futuros etnomusicólogos. Como extensión, dictó también conferencias en la ciudad de Cochabamba, por invitación del Centro Pedagógico y Cultural de Portales y del Instituto Nacional de Educación Integral y Formación Musical Eduardo Laredo.
Como asesor del Centro de Arte Huánuco, organizó en 1984 el Primer Encuentro Nacional de Etnomusicología, Folklore y Turismo, que se llevó a cabo del 30 de agosto al 2 de setiembre en el Paraninfo de la Universidad Nacional Hermilio Valdizán y en el curso del que presentó la ponencia La etnomusicología, factor de integración”. El 10 de setiembre del mismo año, se estrenaron, en uno de los recitales del Festival de Música Peruana organizado por el Conservatorio Nacional de Música de Lima, sus obras Recitativo y Expansión para violín y piano, y el Cuarteto tetracórdico para instrumento de arco.
El 27 de noviembre de 1985, al cumplir 75 años de edad, la radio limeña Sol Armonía ofreció una audición especial en su homenaje y el diario El Comercio de Lima publicó un editorial destacando y resumiendo la labor por él desarrollada durante los casi 50 años de su permanencia en el Perú.
En el mes de mayo de 1986, dictó un cursillo sobre etnomusicología en el Instituto Riva Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú, así como conferencias sobre el compositor norteamericano Aaron Copland y el británico Benjamín Britten en el Instituto Cultural Peruano-Norteamericano y la Asociación Cultural Peruano-Británica, respectivamente. El mismo año efectuó su segundo viaje a Bolivia en donde dictó nuevamente cursillos sobre diversos aspectos musicales.
El Patronato Popular y Porvenir Pro Música Clásica publicó en 1986 su libro Q´ero, Pueblo y Música; y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONCYTEC patrocinó en 1987 la publicación de su libro Introducción a la Etnomusicología: teoría y práctica.
Al cumplirse en 1988 cincuenta años de su permanencia en el Perú, la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa organizó en el mes de julio un ciclo de cursos - talleres musicales y un fórum en su homenaje, que se completó con un concierto de sus obras. Al mismo tiempo, el Consejo Universitario acordó por unanimidad otorgarle el título de “Profesor Honorario” de la Escuela Profesional de Artes perteneciente a la Facultad de Filosofía y Humanidades, ceremonia que se llevó a cabo en el mes de setiembre, en el curso de una semana de actividades con conferencias, difundiendo la música peruana y universal, más un conversatorio sobre problemas de la educación musical en el país.
Como consecuencia de su viaje a Arequipa y en agradecimiento por el honroso nombramiento, compuso en octubre del mismo año la obra para orquesta Ludus Symphonicus in Honoris Sanctus Augustinus Universitas Nationalis Arequipensis, basada en la temática popular arequipeña, cuya partitura original se entregó al Secretario General de la Universidad.
Con fecha 29 de mayo de 1988 y por Resolución Ministerial, fue designado Miembro del Consejo Departamental de Cultura de Huánuco. En agosto del mismo año, participó como asesor y ponente en el Fórum “Problemática de la Educación, Difusión y Profesionalización Musical de Huánuco, Actualidad y Futuro”, organizado por el Instituto Superior de Música Daniel Alomía Robles, de Huánuco.
El año 1989, se reeditó en Lima su trabajo de investigación etnomusicológica titulado De la trifonía a la heptafonía en la música tradicional peruana”, en una edición ampliada y actualizada.
En el año 1990, con ocasión de conmemorarse sus 80 años de edad, se editó en Lima el folleto Rodolfo Holzmann en el 80° aniversario de su nacimiento, cuyo contenido brinda una detallada información autobiográfica realizada por él mismo; además, del catálogo clasificado y cronológico de sus composiciones, así como una relación de obras de compositores peruanos que él orquestó. También se menciona sus obras publicadas, las grabaciones hechas en discos y una numerosa bibliografía de ensayos y artículos publicados en revistas y periódicos escritos por él.
El 30 de noviembre del mismo año al celebrarse el 80 Aniversario de su nacimiento, la Asociación Cultural Filarmónica y el Banco Continental organizaron un homenaje en el Auditorio de la referida entidad bancaria, realizándose un concierto con sus obras interpretadas por la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por José Carlos Santos, teniendo lugar el estreno absoluto de Prolegómenos.
El año 1992, se publicó en Lima su libro El Cóndor Pasa: Una incógnita. En el mes de marzo del mismo año, dictó en Huánuco un curso sobre Estilos de composición en la música contemporánea a un grupo de profesores del Instituto Superior de Música Daniel Alomía Robles, curso que a la postre se convertiría en sus últimas enseñanzas dejadas en vida.
Falleció el 24 de abril de 1992 en la ciudad de Lima.
Distinciones
Entre los numerosos diplomas recibidos durante su actividad, destaca el de Honor con Medalla de Oro que el Concejo Provincial de Arequipa le confirió en 1945 por su Suite Arequipeña dedicada a esa ciudad y la Medalla de la Ciudad otorgada en 1981 por el Concejo Municipal Provincial de Huánuco.
En 1944, obtuvo la nacionalidad peruana y en 1947 el Ministerio de Educación le otorgó el título de Profesor de Composición y Oboe.
Obras
Holzmann ha compuesto un importante número de obras de los más diversos géneros, los que presentamos clasificados cronológicamente:
Música incidental para teatro
1942 Música de escena para la tragicomedia Dulcinea, de Gastón Baty (Orquesta de Cámara).
Obras para Orquesta
1932 Suite radiofónica 1934 Due movimenti 1940 Dos marchas para banda 1942 Dos movimientos obstinados 1943 Cinco fragmentos sinfónicos de Dulcinea 1943 Las danzas de La Reina de las Hadas, de Henry Purcell 1944 Cantigas de la Edad de Oro, suite de composiciones de autores españoles del siglo XVI 1945 Suite arequipeña 1946 Primera sinfonía 1948 Pequeña suite peruana 1948 Cuatro preludios y fugas del “Clave bien atemperado” de Johann Sebastian Bach 1958 Obertura festiva 1950 Nueve invenciones a tres voces de Johann Sebastian Bach 1954 Suite sinfónica 1957 Partita para cuerdas 1966 Dodedicata 1966 Tripartita peruana 1974 Introitus et Contrapunctus 1974 Sinfonía “Huánuco” 1975 Varifórmulas 1977 Tientos 1979 Égloga para un alma en gloria 1979 Sinfonía del Tercer Mundo 1982 Sinfonía concertante para flauta, oboe, corno y orquesta de cuerdas 1983 Binomio sinfónico: “Isotonium y Politonium” 1984 Prolegómenos 1986 Nomós sinfónico 1987 Terreniana y Celestiana (orquesta de arcos) 1988 Ludus Symphonicus in Honoris Sanctus Augustinus Universitas Nationalis Arequipensis.
Conciertos
1941 Divertimento concertante para piano y 10 vientos de madera 1947 Concertino para 2 pianos y orquesta 1949 Concierto para la Ciudad Blanca, piano y orquesta 1975 Concierto de calicanto para arpa y pequeña orquesta 1979 Concierto para piano y orquesta 1982 Concierto en re para violín y orquesta 1984 Concierto de cámara para 2 violines y orquesta de cuerdas
Música de cámara
1933 Suite a 3 temas para trompeta, saxofón alto, clarinete bajo y piano 1934 Suite para saxofón alto (o violín) y piano 1935 “Passage perpétuel” para vientos y percusión 1935 Septuor para corno concertante, flauta, clarinete, fagot, violín, viola y violonchelo 1936 Divertimento para flauta, clarinete, corno inglés, saxofón alto y fagot 1937 Sonatina (Improvisación y finale) para oboe y piano 1937 Dos corales de Bach para vientos de metal 1950 Pequeña suite peruana para violín y piano 1956 Quinteto trimódico para 2 violines, viola y 2 violonchelos 1977 Cuarteto tetracórdico (arcos) 1984 Recitativo y Expansión para violín y piano 1984 “Dialogismo” para violín y violonchelo
Obras corales
1945 Villancicos a 2 voces para coro mixto a cappella 1965 Perucánticos, música tradicional peruana transcrita para coro mixto a cappella 1974 “La Pasión del que mora en la Tierra”, cantata profana para narrador, coro mixto, coro hablado y orquesta 1980 Álbum de música huanuqueña (Coro mixto a cappella)
Canciones
1932 Canciones y baladas para canto y Piano 1932 Dos canciones africanas para canto y orquesta de cámara 1936 Cinco canciones serias para contralto y piano 1940 “Love´s Secret” para canto y piano 1944 Tres madrigales sobre versos de Pablo Neruda para canto y piano 1949 Cinco canciones sinfónicas sobre versos de César Vallejo para vanto y orquesta (también verso para canto y piano) 1950 “Jardín Hermoso”, canción andina para canto y piano 1950 Dos arias de “La Pasión según San Mateo” de Bach para canto y orquesta de cuerdas 1977 “Heraudiana”, un ciclo de canciones sobre poesías de Javier Heraud para voz, flauta, clarinete, corno inglés y piano 1986 “De reyes y pastores” para canto y piano (Versos de Josefina Barrón)
Obras para piano
1929 12 Variaciones en estilo romántico sobre un tema de Mozart 1933 Pieza en el sistema dodecafónico 1941 Primera pequeña suite 1941 Segunda suite “In memoriam” 1941 Tercera Pequeña suite 1942 Cuarta pequeña suite sobre motivos del folklore del Perú 1947 “Niñerías”, 6 piezas breves 1949 Remembranzas 1967 Álbum de música tradicional del Perú 1980 Tres mini - preludios
Dentro de su producción musical Rodolfo Holzmann también realizó la instrumentación de 32 obras de 12 compositores peruanos:
Orquestaciones de obras de compositores peruanos
Manuel L. Aguirre Sombras (Interludio) Munaguanquicho (Carnavalito) José Bernardo Alcedo “El Dos de Mayo” (Marcha patriótica) Daniel Alomía Robles Ave María (para cuerdas) Himno al Sol Kashua “La huanuqueña” Danza huanca “El Indio” (Poema sinfónico) Rosa Mercedes Ayarza La Perricholi (Canto y orquesta) El picaflor (Canto y orquesta) La marinera (Canto y orquesta) Roberto Carpio Allegro Nocturno Víctor Echave Suite puneña Nº 1 Suite puneña Nº 2 Francisco González Gamarra “Suite cuzqueña”: Kashua – Jarana - Noche de luna en el Cuzco - Marinera Daniel Hoyle Suite trujillana Ulises Lanao Anda caminante anda Cuando se deja el terruño (Recuerdos del Cuzco) Carlos Sánchez Málaga Preludio Theodoro Valcárcel Suite “Suray Surita”: Los Balseros – Ayarache – Cortejo nupcial – Ritual de los jóvenes Honderos– La puna nevada “Kachampfa” (Danza del combate) Ante el Templo del Sol (Poema sinfónico) Partita (Concierto indio) para violín y orquesta Carlos Valderrama La pampa y la puna
Obras publicadas
1944 Pequeña suite sobre motivos del folklore del Perú para piano Ed. Interamerican de Música, Montevideo 1945 Villancicos a 2 voces para coro mixto a cappella. Ed. del Conservatorio Nacional de Música, Lima. 1946 Tres madrigales sobre versos de Pablo Neruda para canto y piano Editorial Argentina de Música, Buenos Aires 1948 “Niñerías” para piano. Editorial Tritono, Lima 1950 Remembranzas para piano. Editorial Tritono, Lima 1966 Panorama de la música tradicional del Perú. Ed. Casa Mozart, Lima 1967 Música tradicional del Perú para piano. Ed. Ricordi Americana, Buenos Aires 1967 Cancionero andino Sur. Ed. Casa Mozart, Lima 1967 Cánticos y danzas de Navidad y Año Nuevo en el Perú. Ed. Casa Mozart, Lima 1968 Perucánticos para coro mixto a cappella. Ed. Casa Mozart, Lima 1968 “De la trifonía a la heptafonía en la música tradicional peruana”. Ed. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima 1970 Primera pequeña suite para piano. Ed. Privada, Lima 1980 Álbum de música huanuqueña para coro mixto a cappella Ed. Cooperativa de Crédito y Ahorro San Francisco Ltda., Huánuco 1986 “Q´ero, pueblo y música, estudio etnomusicológico”. Ed. Patronato Popular y Porvenir Pro Música Clásica, Lima 1987 “Introducción a la etnomusicología: Teoría y práctica”. Ed. Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología CONCYTEC, Lima 1989 “De la trifonía a la heptafonía en la música tradicional peruana” (edición ampliada y actualizada). Ed. Luendimar, Lima 1992 “El cóndor pasa” : Una incógnita. Ed. Luendimar, Lima
Obras en disco
Pequeña suite sobre motivos del folklore del Perú. Susana Ridilenir, piano. Sono Radio LPL – 2132, Lima. Maqta Carnaval, arreglo para coro mixto a 4 voces. Camerata Orfeo. Disco Perú fino, Orfeo 002, Lima. 3 villancicos a 2 voces para coro. Coro del Estado. Música coral peruana. Ed. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Lima. FTA FLP-23. Wayliya, Adoración al Niño Dios y Encantamiento de Noche Buena. Villancicos peruanos para coro. Coro de la Asociación Artística y Cultural Jueves, de Lima. Virrey DV - 525. Versiones Orquestales de Sombras de Manuel L. Aguirre, Nocturno de Roberto Carpio y Kachampfa, de Theodoro Valcárcel. En Música Sinfónica Peruana, Orquesta Sinfónica Nacional, Lima. Ed. Instituto Nacional de Cultura. Maqta Carnaval, Canto de la tribu Culina y Canto de la tribu Shipibo para coro. En “Antología de Música Peruana Siglo XX”, Vol. I, Vocal-Coral. Ed. EDUBANCO, Lima. Primera pequeña suite para piano. En “Antología de Música Peruana Siglo XX”, Vol.II, Piano. Ed. EDUBANCO, Lima Suite para saxofón alto y piano. En “Antología de Música Peruana Siglo XX”, Vol. III, Música de Cámara. Ed. EDUBANCO, Lima. Sinfonía Huánuco. En “Música de Huánuco”. Orquesta Sinfónica Nacional de Lima. Ed. Corporación Departamental de Desarrollo de Huánuco. Lado 2: 7 canciones corales de Huánuco. Coro de cámara “Camerata Huánuco”
Ensayos y artículos publicados en revistas y periódicos
Holzmann también escribió numerosos ensayos y artículos en un total de 62, los que se hallan debidamente reseñados en el folleto Rodolfo Holzmann en el 80° aniversario de su nacimiento; destacándose entre otros, el catálogo de las obras de Theodoro Valcárcel, de Daniel Alomía Robles, de Alfonso de Silva y Vicente Stea. También el catálogo de los Manuscritos de música existentes en el Archivo Arzobispal de Lima; el Folklore musical del siglo XVIII; la Enseñanza musical en el Perú; apuntes críticos y biográficos sobre diferentes compositores; estudios etnomusicológicos, etc.
Etapas formativas y estilo musical:
Al hablar sobre las etapas formativas de un compositor, nadie más que el propio compositor es la persona indicada para tratar sobre ello. Los datos que nos permitirán conocer sobre el estilo y las etapas formativas de Rodolfo Holzmann fueron extraídos de las audiciones radiales realizadas y grabadas por él cuando tenía setenta y cinco años de edad y que se emitieron en nuestra ciudad. En ellas, hace una mirada retrospectiva a su producción con el fin de detectar su propia evolución y presenta, en un apretado panorama sintético, muestras y fragmentos de sus principales obras.
Según Holzmann “Un compositor pasa en su vida por diversas etapas formativas, de acuerdo con las influencias del ambiente donde radica y de las corrientes experimentales que se desarrollan en el mundo. En este contexto, también el compositor absorbe constantemente aquellas influencias y mientras continúa su proceso de maduración aprovecha para renovar y enriquecer su estilo personal con elementos que se suman a su típica forma de expresión individual. Conforme avanzan los años su pensamiento evoluciona y las perspectivas de su espíritu creador se amplían y perfeccionan”.
Primera etapa:
En su caso específico, al llegar al Perú en 1938, ya tenía en su poder una amplia producción musical escrita en Europa entre los años 1926 y 1937, influenciada en parte por el jazz norteamericano, entonces muy en boga, y por las tendencias neoclásicas enunciadas por el genial maestro y compositor Ferruccio Bussoni, de quien fue destacado alumno en la Academia Superior de Música de Berlín, su profesor de composición Vladimir Voguel. El tercer factor formativo se debió a la influencia del compositor alemán Paul Hindemith, cuyo sabio empleo de la técnica contrapuntística le impresionó muchísimo y, finalmente, a ella se unió la magia de la enorme vitalidad rítmica de Igor Stravinsky, entonces en la cumbre de su fama, y de cuya influencia ningún joven compositor pudo sustraerse. En aquellos años de formación en Europa, se escribieron obras como la Suite para saxofón alto y piano, el Septeto para corno, flauta, clarinete, fagot, violín, viola y violonchelo, y los Dos movimientos obstinados para orquesta, reorquestadas en 1942.
Segunda etapa:
La segunda etapa formativa y de producción se inicia en los primeros años de su residencia en Lima. Provisto del bagaje técnico traído al Perú, encontró en el mismo año de su llegada, 1938, un poderoso incentivo para seguir creando en la constitución de la Orquesta Sinfónica Nacional, de la que formaba parte. Su estilo comenzó a cambiar poco a poco y en lugar de la característica abstracción de las obras juveniles, se introdujo en las nuevas el importante factor de la emoción humana que hace posible que se transmita al oyente un mensaje que contribuye a dar valor auténtico a la obra musical. La oportunidad de componer la música de escena para la conmovedora tragicomedia Dulcinea, del literato francés Gastón Baty, y cuya magnífica escenificación en 1942, era el mérito de la Asociación de Artistas Aficionados, dio como resultado un año más tarde a la partitura de los Cinco fragmentos sinfónicos de Dulcinea.
En la primera dirección se originaron orquestaciones de las más importantes obras de Theodoro Valcárcel, Daniel Alomía Robles y muchos otros.
En la segunda, obras como las Cantigas de la Edad de Oro, una suite de composiciones de autores españoles del siglo XVI, las danzas de La Reina de las Hadas del compositor inglés Henry Purcell, los Cuatro preludios y fugas del clave bien temperado de Johann Sebastian Bach, y otras.
Bajo la influencia de la música tradicional peruana creó obras como la Suite arequipeña, la Pequeña suite peruana, la Tripartita peruana, y el Concierto para la Ciudad Blanca, esta última resultado de un concurso de composición convocado en Arequipa en 1949. En la Tripartita Peruana de 1976, se acogen elementos folklóricos de la sierra, la selva y la costa.
Tercera etapa:
Aunque posteriormente recurrió todavía a la creación de obras basadas en nuestra música tradicional y la de otras latitudes, como en el caso de la Sinfonía Huánuco de 1974, y la Sinfonía del Tercer Mundo, de 1979, que obtuvo el segundo premio en un concurso convocado por el Patronato Popular y Porvenir Pro Música Clásica, la tercera etapa formativa se orienta finalmente hacia las incorporaciones de su estilo musical de las características del sistema dodecafónico y su derivado el serial, pero sin sacrificar el ya establecido lenguaje propio. De esta forma llegó a una síntesis de estilo que es la característica de sus últimas creaciones, en especial las sinfonías a las que el propio Holzmann se refería como las más importantes. Tan es así que la Dodedicata fue considerada como la obra más significativa en este sentido, nombre que constituye una unión de los términos de “dodecafonía”, “dedicatoria” y “toccata”, siendo dedicada a los hombres de buena voluntad.
Entre sus obras sinfónicas de la última etapa, algunas estrenadas, y otras, la mayoría, por estrenar, tenemos: en 1974 Introitus et Contrapunctus para orquesta; en 1975 Varifórmulas, que recibió el primer premio en otro concurso convocado por el Patronato; en el mismo año 75, Concierto de Calicanto para Arpa y Orquesta; 1977, Tientos, para orquesta; 1979, Égloga para un alma en gloria, en el mismo año 79 Concierto para piano y orquesta; 1982, Concierto en re para violín y orquesta; 82, Sinfonía concertante para flauta, oboe, corno y orquesta de cuerdas; 1983, Binomio sinfónico: Isotonium y Politonium; 1984, Prolegómenos, para orquesta y Concierto de Cámara para dos Violines y Orquesta de Cuerdas; entre otras.
Anécdotas
1) Contaba Holzmann entre muchas otras cosas que le puede suceder a un compositor, el siguiente acontecimiento anecdótico (transcripción textual de una de sus audiciones radiales):
“En el año del señor, 1973, la Orquesta Sinfónica Nacional de Lima fijó para su Sexto Concierto de Abono del día viernes 10 de agosto el estreno de mis Cinco canciones sinfónicas sobre versos de César Vallejo, debiendo actuar como solistas las cantantes Margarita Ludeña e Isabel Jiménez. El lujoso programa se encontraba ya impreso y la orquesta dirigida por el maestro mexicano Fernando Ávila había ensayado la obra durante toda la semana; llegó el día del ensayo general, el viernes 10 por la mañana, y cuál no sería la sorpresa general ante la noticia que las dos cantantes habían amanecido con fiebre alta y que por lo tanto no podían asistir al ensayo general como tampoco al concierto de la noche; en medio de la consternación del director, de los músicos de la orquesta y por supuesto del compositor, en este caso el que les habla, se tuvieron que reemplazar las frustradas canciones de Vallejo por la obra Romeo y Julieta de Tchaikovsky, pero las canciones no llegaron a estrenarse hasta la fecha. ¡Cosas del mundo y gajes del oficio!”
2) Un memorial de fecha 30 de octubre de 1981, elaborado y firmado por un nutrido grupo de personalidades de diversos campos del quehacer intelectual, cuya copia me fue proporcionada por la esposa del insigne músico, doña Carmen Nano Temoche, fue enviado al Congreso de la República, específicamente dirigido a los señores ingeniero Mirko Cuculiza Torre (senador de la República), Agustín Dextre Córdova, Moisés Trelles Gómez, y Reynaldo Rivera (diputados) para que en su condición de representantes del departamento de Huánuco, hagan una intervención parlamentaria a efecto de que se rinda homenaje y otorgue por el Ejecutivo una condecoración o la Palma Magisterial al maestro Rodolfo Holzmann, quien acababa de cesar, por límite de edad, en la Dirección de la Escuela Regional de Música Daniel Alomía Robles, petición que con todo derecho y justicia le correspondía recibir por todo lo realizado en beneficio del país. Lamentablemente nunca le fue concedido. Es de suponer que por allí se mezcló la ingratitud, mediocridad, mezquindad y hasta un cierto grado de xenofobia, por parte de quienes tenían que otorgar tal distinción. Pero nunca es tarde para remediar las injusticias del pasado; hoy, próximos a cumplirse los ciento diez años de su natalicio, es oportuno realizar las acciones pertinentes para que póstumamente se le otorgue las Palmas Magisteriales por su invalorable aporte a la Educación Musical y Cultura, no sólo del Perú, sino del mundo entero.
3) El 30 de noviembre de 1990, con ocasión de conmemorarse el 80° aniversario del nacimiento de Rodolfo Holzmann, la Asociación Cultural Filarmónica y el Banco Continental, organizaron un homenaje que tuvo lugar en el Auditorio de la referida entidad bancaria; el mismo consistió en un concierto con sus obras interpretadas por la Orquesta Sinfónica Nacional dirigida por el peruano José Carlos Santos; entre las piezas seleccionadas para tal ocasión estuvieron la Obertura festiva, la Pequeña suite peruana y el estreno absoluto de Prolegómenos.
Precisamente con relación a esta última obra, testigos presenciales que estuvieron en el ensayo de la orquesta realizado en horas de la mañana del indicado día, entre los que se encontraba el compositor, cuentan que hubo un momento de intermedio en el que los músicos y el director salieron para tomar un refrigerio, dejando sus instrumentos musicales, la partitura y particellas en sus respectivos atriles. Al regresar para continuar con el ensayo de la obra a estrenarse se generó una enorme sorpresa y desconcierto, toda vez que la partitura que servía de guía para la conducción al director había desaparecido “misteriosamente” y nadie supo dar información de su paradero; consecuentemente tal incidente afectó la ejecución de la obra durante el concierto ya que el director tuvo que conducir con una particella de violín. Queda para la conciencia de quien o quienes actuaron subrepticiamente y con tal mala fe para perjudicar a Holzmann. No sería raro que detrás hayan estado aquellos detractores mediocres y frustrados, cuya especie abunda en todas partes, que incapaces de llegar siquiera a la horma de los zapatos de nuestro recordado maestro apelaron a esta bajeza para sentirse realizados.
Algunas consideraciones
La gran mayoría de los actuales compositores peruanos estudiaron con Andrés Sas y Rodolfo Holzmann. El profesor belga–peruano, educado dentro de la escuela francesa, daba gran libertad formal y se interesaba principalmente en las formas armónicas. Holzmann enseñaba la técnica alemana de Hindemith y era mucho más estricto con las estructuras dándole mucho énfasis al contrapunto, y, precisamente en sus clases de contrapunto conjugaba de manera atractiva el rigor académico del Gradus ad Parnasum de Johann Fux, con el contrapunto libre del siglo XX.
Músicos nacionales como Rosa Alarco, Carmen Moral, Enrique Iturriaga, Celso Garrido Lecca, Francisco Pulgar Vidal y otros han sido sus discípulos.
En el plano personal, Rodolfo Holzmann contrajo nupcias con la huanuqueña Carmen Nano Temoche el 31 de octubre del año 1963, fruto de dicha unión tuvo dos hijos: Rodolfo, nacido el 25 de julio de 1964 y, Rolando, el 19 de agosto de 1967.
Su presencia en nuestra ciudad significó una verdadera revolución en la música, permitiendo darle a Huánuco un sitial dentro de los círculos académicos del país. Destacados músicos huanuqueños que fueron sus alumnos hoy brillan a nivel nacional e internacional.
La fructífera y fecunda trayectoria de Rodolfo Holzmann, propio de su personalidad verdaderamente polifacética, le hizo merecedor de múltiples homenajes y distinciones por parte de diversas instituciones del país como del extranjero.
Sus datos biográficos figuran en diccionarios y enciclopedias internacionales, así como en los principales textos sobre música latinoamericana. El catálogo de sus obras fue publicado en el volumen 4 de la serie Compositores de América, editado en 1957 por el Departamento de Música de la Unión Panamericana de Washington.
Su vocación de maestro se plasmó hasta los últimos días de su existencia terrenal, puesto que tres semanas antes de su fallecimiento dictó a un grupo de profesores del Instituto Superior de Música Daniel Alomía Robles, entre los que se hallaba el autor del presente artículo, un curso sobre “Estilos de composición en la música contemporánea”, que duró desde el mes de marzo hasta la primera semana de abril del año 1992. Su sentido deceso se produjo el 24 de abril del referido año en una clínica particular de la ciudad de Lima, luego de haber sido sometido a una delicada intervención quirúrgica al cerebro para extraerle un coágulo que se le formó producto de un accidente en su domicilio.
Por decisión propia y respetando su voluntad expresada en vida, que fue grabada en una cinta de cassette y que la familia conservaba, sus restos mortales fueron sepultados en el cementerio de la localidad de Conchamarca, en el lugar que él mismo escogió en cierta ocasión que estuvo por este singular paraje, desde el cual, a manera de mirador natural se puede apreciar todo el espléndido panorama que rodea la zona.
Se podría decir que escogió el sitio ideal para darle un verdadero descanso a la infatigable labor que realizó en vida, lejos del mundanal ruido y de todas aquellas vicisitudes que enturbian la condición humana, contra las que él tuvo que luchar porque no encajaban de modo alguno con su forma de ser, pensar y actuar. Hombre íntegro en todo el sentido de la palabra, con una imponente personalidad y autoridad, sabía decir las cosas por su nombre en el lugar y momento oportuno, cualidades que lo enaltecieron y acompañaron a lo largo de su fecunda vida.
Puedo sostener, sin temor a equivocarme, que el maestro Holzmann todo lo planificaba con la debida antelación y meticulosidad, no dejando cabos sueltos, como si con ello buscase que a futuro las cosas por él realizadas no sufran distorsiones ni se pierdan con el transcurso de los años.
Finalmente, recordando la moraleja “Los que viven y mueren por un ideal no hacen jamás obra inútil”, simbolismo que Holzmann utilizó como guía espiritual para la composición de sus Cinco fragmentos sinfónicos de Dulcinea a manera de epílogo, se puede afirmar que la abnegada existencia y fecunda labor realizada por nuestro egregio personaje no han sido en vano, por el contrario son un claro ejemplo para la posteridad y, por ende, digno de ser imitado.
El Maestro Rodolfo Holzmann es considerado un paradigma en la música, tanto por sus conocimientos académicos como por sus valores morales.
Director de la Orquesta Sinfónica Regional del Instituto Superior de Música Público Daniel Alomía Robles; compositor, arreglista, etnomusicólogo, intérprete.
Es docente nombrado de la referida institución. Doctor en Administración de la Educación y Magíster en la misma mención.
Obtuvo el Premio Nacional José María Arguedas a los Estudios sobre Música y Danzas en el Perú, concedido por la Pontificia Universidad Católica y la Biblioteca Nacional el año 1996.
RodolfoHolzmann Zanger
Melvin R. Taboada Bolarte
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