ARTÍCULOS ORIGINALES

Revista de investigación Rodolfo Holzmann, ISSN-e 2955-8824
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Fileno Dávila Gabriel

Fileno Dávila Gabriel

 

Esio Ocaña Igarza1, Melvin R. Taboada Bolarte1

1Universidad Nacional Daniel Alomía Robles


Cultor del Pincullo en Huánuco

Fileno Almanzor Dávila Gabriel nació en la ciudad de Llata el 7 de enero de 1956. Pincullero, hijo de Fileno A. Dávila Castro y Nila Gabriel Ortiz. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la ciudad de Llata, en la Escuela pre vocacional de Varones EPV Nº 381 y en el Colegio Nacional Víctor E. Vivar, respectivamente; sus estudios superiores fueron en el Instituto Superior Pedagógico Marcos Durán Martel. Asimismo, realizó estudios de Maestría en Investigación y Docencia Superior en la Universidad Nacional Hermilio Valdizán de esta ciudad y Doctorado el La Universidad de Huánuco. También ha cursado una segunda especialidad en Problemas de Aprendizaje en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle.


Fue en sus años de infancia y vida escolar, específicamente en las llamadas tardes folclóricas que se realizaban por fiestas patrias en la ciudad de Llata, donde tuvo contacto por primera vez con las melodías de danzas de la zona. Estas melodías aprendidas eran repetidas mediante silbidos durante los juegos que realizaba con sus compañeros en las horas de recreo, al retorno del periodo de vacaciones de medio año; tales juegos consistían en tratar de imitar dichos acontecimientos festivos del lugar.

Cuenta Fileno que, cuando cursaba el primer año de secundaria (1968), su padre, propietario de un terreno agrícola, hacía trabajar su chacra con la “chaquitaclla” contratando para el efecto a un grupo de trabajadores y para amenizar la faena del barbecho, contrataba los servicios del famoso cajero del Tatash don Luciano Bautista Hilario (conocido como el “Chaca” Luciano), músico natural de Hualgoy (ya fallecido), circunstancia que dio lugar a que le conozca al referido intérprete. En un momento dado, durante el descanso de las labores agrícolas, Fileno atraído por el sonido del pincullo le pidió al señor Bautista que le prestara el instrumento y este generosamente se lo concedió, lo que le permitió emitir los primeros sonidos con este instrumento.

Posteriormente, trató de elaborar su propio pincullo con tubos, sin éxito. Más adelante, don Mauro Magariño, que era el cajero del Tuy Tuy, le vendió un ejemplar reproducido del pincullo original que utilizaba para acompañar las danzas; con eso empezó a practicar. Es decir, su formación musical se ha dado de manera autodidacta, descubriendo personalmente cada sonido grave y agudo que puede producir el instrumento y, al mismo tiempo, ejecutando melodías de dificultad progresiva, cualidad que ha sido reforzada por el sentimiento popular de la tierra que lo vio nacer, interpretando sus valores culturales.

Su participación en público como ejecutante del pincullo se dio en el año de 1980, cuando trabajaba en el Colegio Nacional Industrial Japón de Llata, que se reabría después de años de suspensión o fusión con el colegio Víctor E. Vivar. Durante la ceremonia de reapertura, para darle importancia a dicho acto la comunidad educativa decidió realizar una tarde folclórica; Fileno, que estaba de tutor de una de las secciones, decidió presentar la danza de los Rucus, encargándose personalmente de los ensayos y el respectivo acompañamiento musical, pero para el momento de la presentación contrató los servicios de un pincullero de la zona. Ocurrió que en la fecha y hora prevista para la realización del evento, cuatro de la madrugada, estando reunidos en el Morro de Jirpún los danzantes y organizadores, esperando el inicio de la representación folclórica, momentáneamente se vio alterada por la ausencia injustificada del músico contratado, lo cual obligó a que Fileno asumiera el reemplazo de éste ante la petición de los alumnos y concurrentes. Para tal fin se tuvo que llevar el bombo de la banda de músicos del colegio, como sustituto de la caja verdadera. Aunque un poco tarde, llegó a efectuarse la presentación de la escena del “Llamagarpuy”, causando gran sorpresa y comentarios en la población que presenció esta manifestación folclórica, pues resultaba inusual que un docente tocara el pincullo.

Normalmente, quien ejecutaba dicho instrumento era un campesino de bajo nivel de instrucción y, en ciertos casos, con alguna discapacidad física como la ceguera o cojera, condicionamientos y apreciaciones que no desanimaron ni mellaron su espíritu de valoración, rescate y difusión de nuestras expresiones ancestrales, ya que, sobreponiéndose a todo ello, en horas de la tarde se presentó nuevamente con sus alumnos y luego, a raíz de esto, se sintió motivado para trabajar con mayor ahínco.

Más adelante, cuando cursaba estudios de formación profesional en la Escuela Normal Marcos Durán Martel de Huánuco, tuvo dos ocasiones de acompañar musicalmente durante los ensayos dancísticos que realizaban algunas amistades de la provincia de Dos de Mayo, quienes contaban con instrumentos musicales improvisados, pero sin alguien que los ejecute, suceso que lo llevó a continuar con la práctica del pincullo.

Su llegada como docente al Colegio Seminario San Luis Gonzaga de esta ciudad, el año 1986, sirvió para que se perfeccione en la ejecución del instrumento y tome interés por difundir la música llatina – huamaliana, así como las danzas del lugar. En ese entonces, cuando dictaba en el primer año “C” de primaria, con ocasión de conmemorarse el aniversario del plantel, tuvo la feliz iniciativa de organizar y preparar a su sección con la danza “El auga”, donde desempeñó el rol de músico acompañante, ejecutando un pincullo de plástico fabricado por él y al no existir una caja que sirviese para marcar el ritmo, se valió de un tambor de la banda de música del colegio. Esto causó gran impacto a propios y extraños de la institución, especialmente a un paisano huamaliano suyo, el extinto periodista don Marino A. Meza Rosales, quien ese mismo día, dentro de la hora del noticiero que conducía en una emisora local, hizo un comentario favorable, halagador y motivante hacia su persona, lo cual influyó para que continúe difundiendo nuestras danzas.

Desde aquel acontecimiento, dejando de lado temores e inhibiciones, rompió con los prejuicios que significaba tocar tales instrumentos musicales, convirtiéndose en el pionero en ejecutar y difundir la caja y el pincullo en la ciudad de Huánuco, tarea que ininterrumpidamente ha venido realizando hasta la fecha, lo que le sirvió por mérito propio para ser reconocido entre los más importantes cultores de la música y danzas huamalianas.

En determinado momento de su existencia sintió la necesidad de formarse profesionalmente en la música, para que a través de ella traslade al pentagrama las melodías de las múltiples danzas que conoce, anhelo que no se ha cristalizado por las diversas ocupaciones que tiene, pero mantiene aún la esperanza de hacerlo cuando la oportunidad sea propicia.

Consideramos que es justo reconocer el importante y valioso aporte realizado, a lo largo de todos estos años, por Fileno A. Dávila Gabriel dando a conocer estas manifestaciones ancestrales representativas y bregando tenazmente por el reconocimiento de nuestra identidad cultural, propósito que de alguna manera se ve concretado a través del presente artículo dedicado a tan distinguida personalidad huanuqueña.

De otra parte, siendo la caja y el pincullo los instrumentos musicales a través de los cuales nuestro egregio personaje encontró el medio de expresar su arte y trasladarnos a ese mágico mundo sonoro que encierra la cultura andina, incluimos la descripción de ambos instrumentos con el propósito de darlos a conocer, revalorarlos y, por qué no, aprender a ejecutarlos, lo cual permitiría su difusión, continuidad y pervivencia para las futuras generaciones. Consideramos relevante incluir las posiciones del pincullo con sus respectivas notas musicales y, como una muestra de lo que se puede hacer con este ágil instrumento, se ha transcrito la melodía de la danza Auga de Huamalíes interpretada por Fileno Dávila en una gentil entrevista y grabación que nos concedió el 14 de setiembre del año 2013 en el Colegio Seminario San Luis Gonzaga de la localidad.

La caja y el Picullo

La caja

Instrumento musical que pertenece a la familia de los membranófonos. INC (1978), en su obra Mapa de los instrumentos musicales de uso popular en el Perú lo clasifica entre los “tambores de Marco, sin Mango, de dos Cueros” [sic] (INC, 1978: 102). Este instrumento, de indudable origen amerindio, tiene una amplia difusión en el Perú.

En el centro y sur del Perú, el nombre más usado es tinya. En estas regiones, se la toca sola. En otros contextos, la caja es imprescindible, pero siempre se la toca en conjunto con otro instrumento. Con frecuencia, acompaña aerófonos (como los pinkullos y las dulzainas) (Rivera, 2013).

En Huánuco es característico que un mismo músico toque la caja y el pincullo simultáneamente. El músico intérprete cuelga en el antebrazo izquierdo la caja, y los dedos de la mano se encargan de digitar el pincullo; mientras la mano derecha percute con el mazo.

En la zona de Huamalíes, la morfología del instrumento mencionado presenta las siguientes características:

a) El casco o cuerpo (marco): tiene 24,5 centímetros de alto, generalmente está hecho de corteza de árbol, madera cedro o triplay. Cabe señalar que en otros lugares el material del cual se fabrica el cuerpo varía (corteza de cabuya, “mamaq”).

b) Los parches: tienen 52 centímetros de diámetro en cada lado del casco o cuerpo. Los parches son de cuero de venado, zorro o perro. Se afirma a menudo, que los parches de una buena caja deben estar fabricados de cueros distintos. De este modo, explican, los cueros de un perro y un zorro, “pelean entre sí”, lo cual produce un mejor sonido, testimonio que obtuvimos el 4 de julio del año 1994 en la entrevista que concediera el reputado pincullero del Tuy Tuy del caserío de San Cristóbal, Llata, don Gonzalo Carlos Alarcón Gabriel, ya fallecido, quien tenía en su poder y ejecutaba una caja cuyos parches eran de un lado con piel de perro y el otro, con piel de zorro.

c) El tiento o “atadura en M”, está hecho de cabuya o de nylon; tiene un grosor de 4mm aproximadamente y alcanza hasta los 2 metros y medio de extensión.

d) Carece de tensores o presillas usados en otras zonas. Tampoco posee aro o anillo; la soga que sostiene los parches va directamente insertado sobre ellos.

e) Orificio para regular la presión del aire en el interior del instrumento, que se produce por efectos del calor.

f) Bordón: este hilo, que se sobrepone al diámetro de uno de los parches, suele ser hecho de cabuya. A menudo, hay un diminuto objeto atado al centro del bordón, que puede ser el fruto de un cierto tipo de paja, del trigo o de la alverja. A veces se usa simplemente una esfera de plástico que tenga un agujero o también se puede simplemente hacer un nudo en el bordón. En todos los casos, se tiene un objeto redondo que golpea el parche con las vibraciones producidas por el percutor en el otro lado de la caja.

g) Percutor: Es de madera torneada de unos 25 cm aproximadamente y en cuyo extremo lleva enrollado hilo de lana de carnero, cuero y/o trapo en forma de pelotita. Actualmente se ha introducido el material sintético.

El pincullo

Instrumento musical que pertenece a la familia de los aerófonos. INC (1978), lo clasifica como “Flautas, con canal de insuflación, interno, aisladas” o simplemente “flautas de pico” (INC 1978: 225); asimismo, resalta una frontera en particular con respecto a la difusión del instrumento en el sentido que desde Huánuco al norte, la flauta de una mano es de uso muy intenso y tiene pocas variantes morfológicas, en tanto que de Huánuco al sur, el instrumento se emplea con menor intensidad, existiendo una gran variedad de tamaños en las flautas; además su uso es frecuentemente aislado.

Al respecto, Rivera (2013) sostiene que este lindero en torno a Huánuco no deja de llamar la atención, si se considera que es allí también donde se ubica una clara frontera mítica. Este es el límite septentrional de la creencia en la Pachamama y el límite meridional del mito de la Aĉakay (Q.), la ogresa devoradora de niños y origen de las alimañas.

El pincullo que se toca en toda la región de Huánuco es una especie de flauta de pico de una sola mano, abierta, de tres agujeros, con orificio posterior y es ejecutado estrictamente por músicos varones. Es muy usado en la interpretación de una serie de danzas como el Tuy Tuy, los Rucus, Rayhuana, Huancas, Tatash, Auga, etc.

La morfología del pincullo que ha servido como modelo para el presente artículo, ha sido proporcionada por el destacado pincullero huamaliano Prof. Fileno Dávila Gabriel, quien posee una copia fiel del original que usaba don Mauro Magariño (reconocido intérprete musical de la danza el Tuy Tuy de Llata, ya fallecido).

a) Cuerpo o cilindro:
- Largo: tiene una longitud de 36 centímetros.
- Diámetro: 1,5 centímetros.
- Material: fierro. Su espesor no pasa de 1,2 milímetros.
Cabe indicar que existen también pincullos de hueso, bronce, carrizo y plástico.

b) Embocadura o lengüeta: originalmente es fabricada de madera; hoy en día, algunos intérpretes lo han remplazado con tacos hechos de borrador de caucho. La lengüeta tiene 1,5 centímetros de largo.

c) Bisel: tiene 1,3 centímetros de largo, 0.5 centímetros de ancho, y está ubicado a aproximadamente 1,5 centímetros de la embocadura.

d) Orificios anteriores: son siempre dos. Con respecto al extremo abierto del cilindro, uno se encuentra a una distancia de 2,65 centímetros, y el otro a una distancia de 5,70 centímetros. Ambos tienen un diámetro de 0,85 centímetros.


A menudo, según descripción del Instituto Nacional de Cultura (1978: 227), antes de tocar el pincullu, los músicos vierten aguardiente en su interior para lubricarlo. El pincullu se toca con una sola mano. El extremo proximal es sostenido por la boca, que al mismo tiempo introduce aire en el cilindro. El otro extremo se sostiene con la mano izquierda. Los dedos de esta mano se distribuyen de la siguiente forma: El pulgar cubre el portavoz u orificio posterior del instrumento y además sostiene, por medio de una cuerda, la caja que aporrea el propio músico. El dedo índice y el dedo medio cubren, según las melodías, los orificios anteriores (el índice el que está al lado del extremo proximal y el mayor el que está en el lado distal). Es de notar que el dedo mayor suele moverse solo. Mientras que el pulgar y el índice suelen moverse simultáneamente (aunque a veces el índice se libera el orificio que cubre mientras que el pulgar se mantiene en su sitio). Finalmente, el dedo anular hace presión sobre el extremo distal, llegando a veces a cubrirlo por completo. Aunque esta flauta de pico es abierta, la forma en que a veces se coloca el dedo sobre el orificio distal podría hacer que se la considere, cuando se la toca, como un aerófono de “medio tapadillo”. La lengua también cubre la embocadura en ciertos momentos de la melodía. Esto permite, según los músicos, “dar vuelta” los tonos.


Nota

- Con fines didácticos y de facilitar la lectura, en las posiciones del pincullo tomado como modelo se ha visto por conveniente trabajar con notas naturales sin alteraciones, iniciando con la nota LA; pero precisamos que los sonidos reales suenan medio tono más alto.

- Del mismo modo, téngase presente que el efecto producido por el instrumento sobre todas las notas es a una octava superior de lo que está escrito.

- En cuanto a la digitación, los agujeros sin relleno significan abiertos o destapados, mientras que los sombreados indican tapados.

- Es importante señalar que varias de las posiciones asignadas a ciertas notas resultan repitiéndose en otros sonidos más agudos; para lograr la altura deseada debe incrementarse la presión del aire en la embocadura del aerófono.


Caja y pincullo utilizados por Fileno Dávila Gabriel


Referencias bibliográficas

Instituto Nacional de Cultura. (1978). Mapa de los instrumentos musicales de uso popular en el Perú: Clasificación y ubicación geográfica. Lima: Oficina de Música y Danza del Instituto Nacional de Cultura.

Rivera, J. (2001). Aerófonos y Membranófonos de Cañaris (Ferreñafe). Apuntes sobre los instrumentos musicales tradicionales de Lambayeque. Recuperado de: http://intranet.usat.edu.pe/usat/flumen/files/2013/07/ponencia2.pdf


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