GUITARRA Y ORGANOLOGÍA ANDINA
Resumen
Este artículo analiza la organología como un campo de investigación
aplicado al descubrimiento y apropiación de la guitarra por parte de
las poblaciones indígenas de Los Andes. Sin duda que la introducción
de los cordófonos al continente americano fue uno de los fenómenos
más importantes de la colonización musical americana, y la guitarra sin
duda es su factor más relevante en términos históricos, por la vastedad
de su legado. A pesar de esto, existe muy poco estudio al respecto,
considerándose en general que se trata de un simple traspaso desde
España hacia América. La realidad es muy diferente, y mi interés es
entender el complejo proceso que implica cambios, cuya complejidad
en términos temporales, espaciales, culturales y musicales me obliga
a simplificar y esquematizar bastante, siendo ésta la única manera de
abarcar un tema que, de otro modo, resulta imposible de evaluar. El gran
problema que se plantea ante este tipo de estudios es la total asimetría
espistemológica entre el universo de conocimientos relacionados
con lo europeo, que es de una magnitud inmanejable, lo que exige
seleccionar, y la falta de conocimientos acerca de lo andino-indígena,
que obliga a buscar antecedentes escasísimos y generalmente muy
lejanos a los intereses de la investigación.
Para lograr esto voy a partir por definir lo que entiendo por
organología, aplicada tanto a los datos históricos como prehispánicos,
y aplicado tanto a las poblaciones de ascendencia cultural europea
(posteriormente occidental o globalizada) como a las poblaciones
GUITARRA Y ORGANOLOGÍA ANDINA
José Pérez de Arce A.
Museólogo, arqueomusicólogo, artista sonoro y músico
de ascendencia cultural surandina (posteriormente indígenas). No
pretendo ser imparcial en esta aplicación, porque la ciencia de la
organología que yo uso es el sistema de clasificación de instrumentos
musicales diseñado por Curt Sachs y Erich Moritz von Hornbonstel en
1914 (en adelante ‘SH’), aplicado a la realidad americana por Pérez
de Arce y Gili (2013), el cual aplico a un universo andino totalmente
ajeno a esa teoría, pero curiosamente, muy afín a sus planteamientos
de diseño acústico, cuestión que he mencionado antes (Pérez de Arce,
2015) y que retomo al final. En efecto, el estudio organológico de los
instrumentos musicales me permite conocer el diseño acústico que
está presente en el instrumento1 y las funciones para las cuales fue
diseñado, lo que implica usos corporales y sociales. El sistema SH me
permite detectar con precisión ese diseño acústico, transformándose
así en una poderosa herramienta comparativa a nivel intercultural. Sin
embargo, la organología también depende del músico ejecutante, de
su sensibilidad y del sistema musical dentro del cual está operando,
lo cual sólo podemos conocer a través de la observación directa, lo
cual es imposible para músicos del pasado. Ese problema lo puedo
salvar parcialmente gracias al estudio ergonómico, que orienta la
adaptación del objeto al cuerpo, y a los precisos rastros que ha
dejado la especialización de los artesanos que fabrican instrumentos
musicales, cuya manipulación acústica para lograr ciertas cualidades
tímbricas, tonales y dinámicas del sonido alcanza frecuentemente una
gran especificidad de usos.
Me parece un buen comienzo el comparar los mejores exponentes
organológicos, tanto de España, como de la región andina. La época de
oro de la organología española corresponde a los tiempos de la Invasión y
Colonia, y la conocemos bien por la abundante literatura al respecto. De
los Andes ignoramos casi todo acerca de la organología de esa época,
porque casi nadie reparó en escribir acerca de ello, pero conocemos bien
su expresión posterior, sobre todo en la región altiplánica circuntiticaca
y de los Andes Sur, y también tenemos evidencias arqueológicas de
zonas vecinas (el altiplano no preserva restos orgánicos debido al clima)
que coinciden con la anterior. Eso me permite usar un modelo de teoría
musical surandina que puedo rastrear hacia el tiempo de la invasión,
y usarlo así para analizar lo que debió significar el descubrimiento
de la guitarra por parte de estas poblaciones, y revisar el proceso de
percepción y uso de la guitarra en Los Andes, primero a través de las
traslaciones organológica entre tambor y guitarra mediante la técnica
del charrangueo, y luego a través de tres aspectos de apropiación: la
apropiación musical, que consiste en aprender a usarla; la apropiación
organológica, que consiste en aprender a fabricarla, y la apropiación
del modelo organológico, que permite generar nuevas variedades
organológicas a partir de este modelo.
Dentro de este esquema general me voy a concentrar en dos
aspectos organológicos que considero importantes; la artesanía del
constructor de instrumentos y las habilidades y conocimientos que
despliega el músico ejecutante.